martes, 3 de diciembre de 2013

Stoner. John Williams


       




     "Durante aquellos primeros días tras la declaración de guerra, Stoner también experimentó confusión, pero de índole radicalmente distinta a la que atenazaba a la mayoría del campus. Aunque había hablado sobre la guerra en Europa con los estudiantes mayores y con los profesores, nunca había terminado de creer en ella, y ahora que se cernía sobre él, sobre todos, descubrió dentro de sí una gran dosis de indiferencia. Se sentía agraviado por la interrupción que la guerra había causado en la universidad, pero no hallaba dentro de él un sentimiento de arraigado patriotismo, como tampoco conseguía odiar a los alemanes.
          Pero los alemanes estaban allí para ser odiados."



Stoner pertenece a ese grupo de novelas que a pesar de rozar el calificativo de obra maestra, permanecerán por siempre ocultas a los ojos de la crítica y del gran público, agazapadas en algún rincón oscuro. Personalmente, la descubrí como se descubren las mejores cosas de esta vida. Por pura casualidad. Buscando en la librería una obra de Woodrell (que comentaré más adelante), tuve un pequeño desprendimiento de libros por la letra "W". Uno de las que recogí del estante inferior sobre el que se precipitaron fue la obra que hoy nos ocupa. Y bendito desprendimiento.

Stoner es uno de esos libros que, cuando alguien te pregunta "¿de qué va?", no sabes muy bien qué responder. Lo único que viene a la cabeza contestar es: "de un profesor". Y en efecto, así es.

Argumentalmente, la novela cuenta la historia de William Stoner, el único hijo de una humilde familia de granjeros del Medio Oeste norteamericano, más concretamte de la agreste y profunda Misuri. El pequeño Willy no posee apenas aspiraciones en la vida, continuar con la granja, casarse quizás y poco más. Pero sus padres, caracterizados magistralmente por Williams como seres silenciosos y tercos a los que el infinito trabajo en la granja ha convertido en bloques de piedra, proponen a Stoner ir a la Universidad a estudiar un nuevo programa de tecnología agraria para mejorar los cultivos de la granja familiar. Y es así como el joven William Stoner sale por primera vez de la seguridad del hogar, con un traje puesto, otro en el petate y unos pocos dólares prestados para estudiar en Columbia. Y allí, en su segundo curso, Stoner dará su primer golpe de integridad moral y tomará la primera decisión consciente de su vida, a los veinte años: abandonar la ingeniería agraria para estudiar literatura inglesa. Para ser profesor. Y a partir de esa decisión comenzará a desarrollarse todo el argumento, que no es otro que la vida de Stoner como estudiante, amigo, marido, padre y profesor de literatura medieval en la universidad de Columbia.

Stoner no es una novela que posea un trepidante argumento lleno de giros impredecibles (que alguno tiene). Es una novela de personajes. De un personaje. William Stoner es uno de los personajes mejor trazados al que he tenido el gusto de acompañar a lo largo de mi vida como lector; un personaje tierno, entrañable, redondo y sobre todo, real. La novela plantea ciertos temas esenciales canalizados a través de Stoner y de las cosas que le ocurren a lo largo del relato. Williams aborda de forma magistral temas como los férreos valores de la clase pobre rural en contraste con la doble moral urbana, la psicología colectiva de la guerra y la repercusión en la estado de ánimo de la sociedad (Stoner vive las dos Guerras Mundiales), la rigidez de las relaciones interpersonales, los matrimonios sin amor y las segundas oportunidades, la culpa impuesta y otros más a los que no hago referencia por no destripar nada del argumento.

Pero sobre todo, el relato gira en torno a dos grandes ejes, que son la renuncia y la integridad. Y es que Stoner renuncia a cosas por trabajo y por amor; renuncia a varias cosas por imposición y renuncia a otras tantas de manera voluntaria. Pero en todo momento, Stoner muestra una integridad moral en sus actos que llega a rozar lo sorprendente, y que le lleva a perder cargos en la universidad, a no hablar con su hija en meses e incluso a dormir en un sillón arrinconado durante años, pensando y tiritando de frío.

En lo referene al estilo, Stoner es una novela áspera y moderna, en sintonía con la literatura norteamericana de la segunda mitad del siglo XX, un estilo del que son deposiarios autores tan estimados hoy día como Paul Auster o John Irving. Nos encontramos ante una prosa ágil y eficaz, elegante,  parca en adjetivos y de escasa retórica y afán estético. No obstante, el arte de John Williams radica en crear pasajes realmente bellos con tan escaso instrumental retórico. En definitiva: Stoner es una lectura sencilla y agradable, un libro de esos que llamo "agradecidos", es decir, que nos aportan mucho como lectores a pesar de exigirnos poco esfuerzo.


Es posible que John Williams no pase a la historia de la literatura; solo fue un profesor que escribía novelas y algún que otro poema. Pero después de leer Stoner, le estaré eternamente agradecido por haber creado un personaje que me acompañará el resto de mi vida, agazapado en un pequeño rincón de mi memoria. Que no es poco.

Y vosotros, ¿qué personajes de libros llevaréis para siempre en vuestro corazón?


John Williams



4 comentarios:

  1. Pues no sé si podría decir que lo llevo en mi corazón, pero sí que tengo un personaje que me impactó. No sé exactamente con qué edad (posiblemente entre los 10 y los 14 años) leí un libro que siempre irá conmigo, "Las alas del sol" de Jordi Serra i Fabra. Cuenta la vida de Yu y su familia (vietnamitas) en un campo de refugiados en Hong Kong (creo recordar). Yu es un niño y, como tal, tiene una gran imaginación y mucha ilusión por vivir y por ser libre. Cada día se levanta para ver el amanecer pues, para él, el sol es un símbolo de libertad. Con Yu conocí que hay personas que no son tratadas como tal y que viven en situaciones injustas. Pero también aprendí que no hay que perder ni la ilusión ni la esperanza. Este tipo de personajes nos remueven para que luchemos por un mundo mejor donde todos los niños y niñas, adultos y adultas tengan una vida digna. Por eso, yo elijo a Yu :)

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    1. Muchas gracias por comentar visitante anónimo!

      Pues no conozco la obra pero sí al autor, así que me la apunto como recomendación. Me alegro de que hayas disfrutado con la evocación de un personaje, es una experiencia maravillosa.

      Saludos!

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    2. Nicolás, creo que "Las alas del sol" lo tenemos en la Biblioteca del insti. Buen fin de semana. Silvia.

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    3. Bueno, he de recordar que es para peques, pero merece la pena echarle un vistazo, sobre todo porque es un tema desconocido para la mayoría de las niñas y niños de esa edad y lo trata muy bien. Gracias a ti! Esperando estoy la tercera entrada! :)

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